Osteoporosis: Estrategias para fortalecer el esqueleto

Algunos de estos tienen como función principal la protección de órganos vitales, tal es el caso del cráneo y las costillas. La mayoría, sin embargo, sirven como palancas que, al ser manipuladas por los músculos, facilitan el movimiento.

Esta es una visión tradicional respecto a la función de los huesos.

No obstante, recientes investigaciones han revelado que además los huesos actúan como un órgano secretor, interactuando con diversos tejidos del cuerpo.

Renovación ósea: un proceso vital

Los huesos, siendo tejido vivo, están en constante renovación, con un 10% de sus células siendo reemplazadas anualmente.

Al igual que el mítico barco de Teseo, en unos años, nuestro esqueleto se renueva por completo.

Este ciclo de renovación está orquestado por dos tipos de células: los osteoclastos y los osteoblastos.

Los osteoclastos desgastan la superficie ósea, liberando minerales al torrente sanguíneo, un proceso esencial para la reparación de microfracturas diarias y la regulación del calcio sanguíneo.

Por su parte, los osteoblastos generan nuevo tejido óseo, depositando minerales y otros elementos necesarios.

Este equilibrio está influenciado por diversas hormonas, incluyendo la PTH (parathormona) y la calcitonina, producidas por las glándulas paratiroides y tiroides respectivamente, que regulan los niveles de calcio en la sangre.

Las hormonas sexuales, como la testosterona y los estrógenos, juegan un papel crucial en la prevención de la pérdida de masa ósea.

La función endocrina del hueso

La osteocalcina, una proteína fabricada por los osteoblastos, ha mostrado tener funciones más allá de la formación ósea. Investigaciones en ratones han demostrado que, aunque carezcan de esta proteína pueden desarrollar un esqueleto normal, presentan acumulación de grasa, baja fertilidad y reducción en sus capacidades cognitivas.

Estos hallazgos sugieren que la osteocalcina tiene un impacto significativo en diversas funciones corporales, incluyendo la regulación de la glucosa y la influencia en la testosterona y la fertilidad. Incluso, se ha descubierto que los huesos pueden comunicarse con el cerebro, afectando el estado de ánimo y la memoria.

La epidemia de osteoporosis

Actualmente, se estima que un gran porcentaje de mujeres mayores de 50 años y una proporción significativa de hombres sufren de osteoporosis, una enfermedad que no manifiesta síntomas hasta que ocurre una fractura, siendo las de cadera particularmente graves en personas mayores.

A pesar de la seriedad de esta enfermedad, otras condiciones como el infarto de miocardio y el cáncer de mama suelen recibir más atención.

Consejos para fortalecer los huesos

Ahora bien, enfocándonos en cómo fortalecer nuestros huesos, se recomienda especialmente el entrenamiento de fuerza para estimular el tejido óseo, así como una alimentación adecuada que proporcione los nutrientes necesarios, incluyendo proteínas, energía suficiente, calcio, vitamina D, magnesio, fósforo, vitamina K, zinc, manganeso y flavonoides.

Además, se subraya la importancia de reducir la inflamación crónica a través de hábitos saludables y, en algunos casos, el uso de suplementos como la cúrcuma, conocida por sus propiedades antiinflamatorias.